Según la tradición, en la madrugada del 28 de diciembre de 1370 el guardacostas Francesc Cantó, que vigilaba la costa ilicitana, descubrió entre las aguas del mar un arcón que contenía la imagen de la Virgen de la Asunción y el “consueta”, el libro con los versos, la música y las indicaciones escénicas para la representación del Misteri d´Elx.